La cibercriminalidad se ha convertido en un fenómeno global que requiere una especial atención por parte de los estados y de los propios ciudadanos que son, habitualmente el objetivo de estos ciberataques.
Se hace necesario que la ciudadanía conozca la realidad de la situación actual sobre este fenómeno de referencia que une dos conceptos cada vez más enlazados entre sí que son, la tecnológica y la criminalidad.
El Ministerio del Interior, y concretamente, la Dirección General de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de seguridad del Gobierno de España ha emitido el IX Informe sobre Cibercriminalidad en España, el cual contiene una recopilación y análisis de los datos registrados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado a lo largo del año 2021 y que da a conocer los resultados de todos ellos, aportando una valoración preocupante.
Los datos proceden del Sistema Estadístico de Criminalidad (SEC), y de los incidentes que registra la Oficina de Coordinación de Ciberseguridad (OCC), en función de su ámbito de actuación y competencias. También se tienen en cuenta los datos arrojados por la Instituto Nacional de Estadística, para realizar comparativas.
Durante este post, arrojaré aquellos resultados que más interesantes me han parecido, para que pueda realizar un acercamiento a la realidad actual y conocer así los peligros reales de la cibercriminalidad, y de esta forma podremos conocer e intentar prevenir los ataques más concurrentes.
Según los datos del informe, las entidades públicas son el objetivo principal de los ciberatacantes, aunque han aumentado exponencialmente los ataques a la sociedad en general.
Esto también se debe a que, en España, el porcentaje de hogares que tienen acceso a internet y que cuentan con diferentes dispositivos tecnológicos ha aumentado respecto al año 2020, llegando a ser uno de los países que se posiciona por encima de la media de UE en relación al porcentaje de viviendas que cuentan con red y conexión.
Todo ello implica que el porcentaje de ciberataques haya elevado su posición, arrojando un dato de un total de 305.477 ciberataques en el año 2021. De este número de ataques, el 87,4% corresponde a fraudes informáticos y el 5.7% a amenazas y coacciones llevadas a cabo por parte de los ciberatacantes. Todo esto unido a los delitos de Odio en las redes sociales, los cuales aumentan cada día.
Estos datos arrojan una problemática importante por la que se debe trabajar y aumentar la seguridad y prevención en nuestra sociedad. De hecho, es importante conocer, que, de un total de los 307.477 ataques, tan solo se esclarecieron un total de 46.141 de los fraudes y 13.801 tuvieron como consecuencia la detención de algunos de los autores y la investigación de los mismos, pero sin llegar a resarcir adecuadamente a las víctimas.
Por ello, se puede entender, que muchas de las víctimas vieron sus cuentas mermadas por estos ataques, sin haber encontrado una solución judicial y responsable y esto, actualmente es un grave problema.
Como datos generales, se puede comprobar la importancia que se está dando en los hechos que ocurren mediante las redes y la tecnología, aprovechándose de las vulnerabilidades de las personas y de los medios a su disposición. Por lo tanto, sigo en el convencimiento que el camino para la implantación de una correcta ciberseguridad va en aumento, pero todavía no es suficiente y mantiene gran cantidad de lagunas legales, y ante ello, es por lo que siempre recomiendo que una información y formación previa adecuada es el mejor mecanismo para la prevención de estos delitos.
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